Un factor de riesgo es todo aquello que afecta la probabilidad de que usted padezca una enfermedad, como por ejemplo el cáncer. Los distintos tipos de cáncer tienen distintos factores de riesgo. Por ejemplo, la exposición de la piel a la luz solar intensa es un factor de riesgo para el cáncer de piel. El fumar es un factor de riesgo para el cáncer de los pulmones, la boca, la laringe, la vejiga, el riñón y otros órganos.
Sin embargo, los factores de riesgo no suministran toda la información. Si se tiene uno, o hasta varios factores de riesgo, no necesariamente significa que se padecerá la enfermedad. La mayoría de las mujeres que tienen uno o más factores de riesgo de cáncer de seno nunca padecen la enfermedad, mientras que muchas mujeres que la padecen no tienen factores de riesgo aparentes (excluyendo el ser mujer y de edad avanzada). Aun cuando una mujer con factores de riesgo padece cáncer de seno, resulta difícil saber cuánto pudieron haber contribuido estos factores.
Algunos factores de riesgo, como la edad o raza de una persona, no se pueden cambiar. Otros están relacionados con factores cancerígenos ambientales. Además, existen factores de riesgo relacionados con conductas personales tales como fumar, tomar alcohol y la alimentación. Algunos factores tienen más influencia sobre el riesgo que otros, y el riesgo de cáncer de seno cambia con el transcurso del tiempo debido a factores como el envejecimiento o el estilo de vida.
Factores de riesgo que usted no puede cambiar
Incidencia según el sexo
El simple hecho de ser mujer es el principal riesgo de padecer cáncer de seno. Los hombres pueden padecer cáncer de seno, pero esta enfermedad es aproximadamente 100 veces más común entre las mujeres que en los hombres. Esto probablemente se debe a que los hombres tienen menos de las hormonas femeninas estrógeno y progesterona, lo que puede promover el crecimiento de células cancerosas de seno.
Envejecimiento
Su riesgo de padecer cáncer de seno se incrementa conforme su edad aumenta. Aproximadamente uno de ocho cánceres de seno se detecta en mujeres menores de 45 años de edad, mientras que aproximadamente dos de tres cánceres invasivos del seno se encuentran en mujeres de 55 años o más.
Factores de riesgo genéticos
Se cree que alrededor del 5 al 10 por ciento de los casos de cáncer de seno son hereditarios, lo que significa que se originan directamente de defectos genéticos (llamados mutaciones) heredados de uno de los padres. Lea la sección “¿Conocemos las causas del cáncer de seno?” si desea más información sobre los genes y el ADN y cómo pueden afectar el riesgo de cáncer de seno.
BRCA1 y BRCA2: la causa más común de cáncer de seno hereditario es una mutación hereditaria en los genesBRCA1 y BRCA2. En las células normales, estos genes ayudan a prevenir el cáncer al producir proteínas que evitan el crecimiento anormal de las células. Si usted heredó una copia mutada de uno de estos dos genes de cualquiera de sus padres, usted tiene un alto riesgo de cáncer de seno en el transcurso de su vida.
Aunque en algunas familias con mutaciones BRCA1 el riesgo de padecer cáncer de seno durante la vida es tan alto como 80%, en promedio este riesgo parece estar entre 55 a 65%. Para las mutaciones BRCA2, el riesgo es menor, alrededor de 45%.
Los cánceres de seno asociados a estas mutaciones se presentan con más frecuencia en mujeres más jóvenes y con más frecuencia afectan a ambos senos en comparación con cánceres no asociados a estas mutaciones. Las mujeres con estas mutaciones hereditarias también tienen un riesgo aumentado de padecer otros tipos de cánceres, particularmente cáncer de ovario.
En los Estados Unidos, las mutaciones BRCA son más comunes en las personas judías asquenazí (Europa oriental) que en otros grupos raciales y étnicos, aunque se pueden presentar en cualquier persona.
Cambios en otros genes: otras mutaciones genéticas podrían también conducir a cánceres de seno hereditarios. Estas mutaciones genéticas se presentan con mucha menos frecuencia y por lo general no aumentan el riesgo de cáncer de seno tanto como los genes BRCA. Estos cambios no son causas frecuentes de cáncer de seno hereditario.
- ATM: el gen ATM ayuda normalmente a reparar el ADN dañado. Heredar dos copias anormales de este gen causa la enfermedad ataxia-telangiectasia. Por otro lado, heredar una copia mutada de este gen ha sido asociado con una alta tasa de cáncer de seno en algunas familias.
- TP53: el gen TP53 provee instrucciones para producir una proteína llamada p53 que ayuda a detener el crecimiento de las células anormales. Las mutaciones hereditarias de este gen causan el síndrome de Li-Fraumeni (que lleva el nombre de los dos investigadores que primero lo describieron). Las personas con este síndrome tienen un riesgo aumentado de padecer cáncer de seno, al igual que otros cánceres, como leucemia, tumores encefálicos y sarcomas (cáncer en los huesos o en el tejido conectivo). Ésta es una causa poco común de cáncer de seno.
- CHEK2: el síndrome de Li-Fraumeni también puede ser causado por mutaciones hereditarias en el gen CHEK2. Aun cuando no cause este síndrome, puede aumentar el riesgo de cáncer de seno alrededor del doble cuando está mutado.
- PTEN: el gen PTEN ayuda normalmente a regular el crecimiento celular. Las mutaciones hereditarias en este gen pueden causar el síndrome de Cowden, un trastorno poco común en el cual las personas tienen un riesgo aumentado de padecer tumores malignos y benignos del seno, así como tumores en el tracto digestivo, la tiroides, el útero y los ovarios. Los defectos en este gen también pueden causar un síndrome diferente llamado síndrome de Bannayan-Riley-Ruvalcaba que no se cree está asociado con el riesgo de cáncer de seno.
- CDH1: las mutaciones hereditarias en este gen causan cáncer gástrico difuso hereditario, un síndrome en el cual las personas desarrollan un tipo poco común de cáncer de estómago a una edad temprana. Las mujeres con mutaciones en este gen también tienen un riesgo aumentado de padecer cáncer de seno lobulillar invasivo.
- STK11: los defectos en este gen pueden causar el síndrome Peutz-Jeghers. Las personas con este trastorno desarrollan puntos pigmentados en sus labios y en sus bocas, pólipos en los tractos urinarios y gastrointestinales, y tienen un mayor riesgo de muchos tipos de cáncer, incluyendo cáncer de seno.
Prueba genética: se pueden hacer pruebas genéticas para identificar mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 (o algunos otros genes vinculados con el riesgo de cáncer de seno). Aunque las pruebas pueden ser útiles en algunas situaciones, se deben considerar cuidadosamente las ventajas y las desventajas. Vea la sección titulada “¿Se puede prevenir el cáncer de seno?”.
Antecedentes familiares de cáncer de seno
El riesgo de cáncer de seno es mayor entre las mujeres cuyos familiares directos (consanguíneos) tienen esta enfermedad.
Si un familiar de primer grado (madre, hermana o hija) padece cáncer de seno, el riesgo de la mujer casi se duplica. El riesgo aumenta aproximadamente tres veces, si dos familiares de primer grado padecen la enfermedad.
Se desconoce el riesgo exacto, aunque se sabe que las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de seno en el padre o un hermano también tienen un riesgo aumentado de padecer esta enfermedad. En total, alrededor del 15 por ciento de las mujeres con cáncer de seno tiene un familiar con esta enfermedad. Esto significa que la mayoría (más de 85 por ciento) de las mujeres que padecen cáncer de seno no tienen antecedentes familiares de esta enfermedad.
Antecedentes personales de cáncer de seno
Una mujer con cáncer en un seno tiene un riesgo de tres a cuatro veces mayor de padecer un nuevo cáncer en el otro seno o en otra parte del mismo seno. Esto es diferente a la recurrencia (regreso) del primer cáncer.
Raza y origen étnico
En general, las mujeres de raza blanca tienen una probabilidad ligeramente mayor de padecer cáncer de seno que las mujeres de raza negra, aunque éstas últimas tienen una mayor probabilidad de morir de este cáncer. Sin embargo, en las mujeres menores de 45 años de edad, el cáncer de seno es más común en las mujeres de raza negra. Las mujeres asiáticas, hispanas e indias americanas tienen un menor riesgo de padecer y morir de cáncer de seno.
Tejido mamario denso
Los senos están formados por tejido adiposo, tejido fibroso y tejido glandular. Se dice que una mujer tiene el tejido mamario denso (como se observa en un mamograma) cuando tiene más tejido glandular y fibroso y menos tejido adiposo. Las mujeres con senos densos tienen un mayor riesgo de cáncer de seno que las mujeres con senos menos densos. Desafortunadamente, el tejido mamario denso también puede causar que los mamogramas sean menos precisos.
Un número de factores puede afectar la densidad de los senos, tal como la edad, la condición menopáusica, el uso de medicamentos (tal como terapia hormonal en la menopausia), embarazo y genética.
Algunas afecciones benignas del seno
Las mujeres diagnosticadas con ciertas afecciones benignas podrían tener un riesgo aumentado de cáncer de seno. Algunas de estas afecciones están más asociadas al riesgo de cáncer de seno que otras. Los doctores a menudo dividen las afecciones benignas del seno en tres grupos generales, dependiendo de cómo ellas afectan este riesgo.
Lesiones no proliferativas: estas afecciones no están asociadas al sobrecrecimiento del tejido mamario. No parecen afectar el riesgo de cáncer de seno, de hacerlo, es en muy poca extensión. Éstos incluyen:
- Fibrosis y/o simple quiste (en el pasado a esto se le llamada enfermedad fibroquística o cambios fibroquísticos).
- Hiperplasia leve.
- Adenosis (no esclerosante).
- Ectasia ductal.
- Tumor filoide (benigno).
- Un solo papiloma.
- Necrosis adiposa.
- Fibrosis periductal.
- Metaplasia apocrina y escamosa.
- Calcificaciones relacionadas con el epitelio.
- Otros tumores benignos (lipoma, hamartoma, hemangioma, neurofibroma, adenomioepitelioma).
La mastitis (infección del seno) no es una lesión, pero es una afección que no aumenta el riesgo de cáncer de seno.
Lesiones proliferativas sin atipia: estas afecciones muestran un crecimiento excesivo de células en los conductos o lobulillos del tejido mamario. Parecen aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de seno en una mujer (de una y media a dos veces respecto al riesgo normal). Éstos incluyen:
- Hiperplasia ductal usual (sin atipia).
- Fibroadenoma.
- Adenosis esclerosante.
- Varios papilomas (papilomatosis).
- Cicatriz radial.
Lesiones proliferativas con atipia: en estas afecciones, existe un sobrecrecimiento de las células en los conductos o lobulillos del tejido del seno, y algunas células ya no lucen normales. Estas afecciones tienen un efecto mayor en el riesgo de cáncer de seno, aumentándolo de 3½ a 5 veces más que el riesgo normal. Estos tipos de lesiones incluyen:
- Hiperplasia ductal atípica (atypical ductal hyperplasia, ADH).
- Hiperplasia lobulillar atípica (atypical lobular hyperplasia, ALH).
Las mujeres con un antecedente familiar de cáncer de seno y con hiperplasia o hiperplasia atípica tienen un riesgo aún mayor de padecer un cáncer de seno.
Para más información, consulte nuestro documento Afecciones no cancerosas del seno.
Carcinoma lobulillar in situ
En el carcinoma lobulillar in situ (LCIS), las células que lucen como células cancerosas están creciendo en los lobulillos de las glándulas productoras de leche del seno, pero no crecen a través de la pared de los lobulillos. Algunas veces, el LCIS (también llamado neoplasia lobulillar) se agrupa con el carcinoma ductal in situ (DCIS, siglas en inglés) como un cáncer no invasivo de seno, aunque se diferencia del DCIS en que no parece convertirse en cáncer invasivo si no se trata.
Las mujeres con esta afección tienen un riesgo de siete a once veces mayor de padecer cáncer invasivo en cualquiera de los senos. Por esta razón, las mujeres con LCIS deben someterse a mamogramas y acudir a consultas con sus médicos de forma periódica.
Períodos menstruales
Las mujeres que han tenido más ciclos menstruales debido a que comenzaron a menstruar temprano (antes de los 12 años) y/o que experimentaron tarde la menopausia (después de los 55 años) tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de seno. Este aumento en el riesgo pudiera deberse a una exposición más prolongada a las hormonas estrógeno y progesterona durante la vida.
Antecedente de radiación al tórax
Las mujeres que siendo niñas o adultas jóvenes recibieron radiación en el área del tórax como tratamiento contra otro cáncer (tal como enfermedad de Hodgkin o linfoma no Hodgkin) tienen un riesgo significativamente mayor de padecer cáncer de seno. Esto varía con la edad de la paciente al momento de recibir la radiación. Si también se administró la quimioterapia, esto pudo haber detenido por un tiempo la producción de hormonas ováricas, reduciendo el riesgo. El riesgo de padecer un cáncer de seno debido a radiación administrada al tórax es el mayor si la radiación se recibió durante la adolescencia, cuando los senos aún estaban en desarrollo. La radioterapia después de los 40 años no parece aumentar el riesgo de cáncer de seno.
Exposición a dietilestilbestrol
Desde los años 40 a los 60, a algunas mujeres embarazadas se les administraba el medicamento dietilestilbestrol (DES), ya que se pensaba que éste disminuía las probabilidades de perder el bebé. Estas mujeres tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de seno. Las mujeres cuyas madres tomaron dietilestilbestrol durante el embarazo también pudieran tener un riesgo ligeramente mayor de cáncer de seno. Para más información puede consultar nuestro documento DES Exposure: Questions and Answers.